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Píldoras Productivas #21

Píldoras Productivas #21

Píldoras #21

 

En la última clase en vivo que tuvimos con mis alumn@s de Organización Personal, salió el tema de la proactividad y la reactividad.

Estos nos hablan de nuestra forma de encarar no solo la rutina, sino también los objetivos y proyectos en los que nos embarcamos. 

Les encantó y me pidieron que siga profundizando, así que decidí compartirlo con toda la comunidad. Estoy segura de que a vos también te va a hacer mucho sentido porque es algo que nos atraviesa a diario incluso sin que nos demos cuenta.

 

Las píldoras de hoy: 

 🕵️‍♀️ Reflexión: ¿Desde qué lugar estás habitando tu rutina?

⏱ Hack: Solo 10 minutos pueden cambiar tu semana

✨ La Frase de la semana y una recomendación

 

🕵️‍♀️ Reflexión: ¿Desde qué lugar estás habitando tu rutina?

 

En general, a la hora de hablar de cómo gestionamos nuestras actividades, metas y decisiones, se habla mucho de si somos más reactiv@s o más proactiv@s, pero en verdad existen cuatro enfoques: los dos anteriores pero también el preactivo y el correctivo. 

Veamos de qué se tratan y cómo cada uno tiene un impacto directo en nuestra vida 🎯. 

 

1) Reactivo 🤠: Este es el enfoque más común y el que adoptamos sin darnos cuenta. Ser reactiv@ significa, a grandes rasgos, que esperamos a que las circunstancias nos indiquen qué hacer.

Por ejemplo, en el trabajo, ponernos las pilas en terminar una entrega cuando la fecha se acerca 📃. O en nuestro hogar, esperar a que la mugre y el desorden se acumulen para poner manos a la obra. Dejar las cosas para último momento 🚩, cuando la consecuencia se aproxima o surge algún tema por resolver que nos “presiona” a actuar, sea en la salud, el estudio, los vínculos… 

Es normal habitar este modo en ciertas situaciones, pero VIVIR la mayor parte del tiempo en él hace que sintamos que “apagamos incendios” 🚒👩‍🚒 constantemente. Vivir desde la reactividad genera desgaste 🥵 y reduce nuestra capacidad de proyectar y de accionar en nuestras metas más trascendentes. Rara vez es sostenible o satisfactoria a largo plazo.


Una observación:
quizás te parezca “malo”, pero no lo es. De hecho es el modo por default del ser humano, pues no deja de ser una estrategia de supervivencia. El tema es que en un mundo donde no hay dientes de sable 🐯 persiguiéndonos y hemos alcanzado cierta calidad de vida, no es una conducta muy alineada con una vida en base a objetivos y con una rutina equilibrada y menos estresante 🧘‍♀️. 

 

2) Preactivo: este es el menos conocido aunque fundamental. Está basado en la anticipación 👁‍🗨. Cuando somos preactiv@s, prevemos los obstáculos antes de que aparezcan y planificamos para así evitarlos o gestionarlos de la mejor manera posible 🏄‍♀️. 

Es el modo “ jugador de ajedrez” ♟, que siempre está dos movimientos adelante. Por ejemplo, si sabemos que los lunes suelen ser días pesados, dejamos cosas prelistas el domingo 📝. O en las finanzas, contamos con un fondo de emergencia para posibles contingencias e incluso oportunidades de inversión 💰.

También ayuda a abordar proyectos y metas pues nos ocupamos de preparar el terreno 🌱para que estos puedan tener lugar. 

Una vida con más bienestar y mejores resultados necesita dosis de este enfoque. Nos da una sensación de alivio y previsibilidad, porque tenemos un plan 🚀. Sin embargo, si solo vivimos de este modo, corremos el riesgo de quedarnos en lo previsible por miedo a no tener control, perder flexibilidad 🦾y fluidez o pecar de sobreplanificación

 

3) Proactivo: es más que una palabra linda para el curriculum 😅. Ser proactiv@ implica tomar la iniciativa y ACTUAR 🎯 para lograr resultados deseados, aun cuando no hay una urgencia o problema inmediato. 

Ser proactivo en la organización de tu vida significa buscar herramientas que faciliten tu día a día, implementar rutinas que te agilicen, aprender técnicas de planificación 📅, etc.

Un enfoque proactivo se basa en la intención de diseñar tu vida basada en tus metas 🧭, manteniendo la flexibilidad para adaptarte. Por ejemplo, si tu objetivo es aprender un nuevo idioma, en vez de esperar a que “te sobre” el tiempo, tomás la decisión de organizarte y reservar una hora semanal para la clase ⏰. 


Cuando somos proactiv@s, pensamos a largo plazo y trabajamos desde la motivación intrínseca 🔥. La proactividad genera una sensación de empoderamiento, porque accionas en base a lo que te importa de verdad. Suele ser el enfoque más motivador y satisfactorio 👑, tanto a corto como a largo plazo. 

Como te estarás dando cuenta, una rutina que integre conductas preactivas y proactivas se siente mucho más plena, ordenada y con sana previsibilidad, que no significa controlar el futuro o estar libre de problemas, sino donde se pueden transitar los desafíos con más recursos y foco 💎.

 

¡Vamos con el último!

 

4) Correctivo: este enfoque se basa en ajustar y mejorar las cosas cuando vemos que algo no funciona o que identificamos como un problema 👩‍🔧. 

Este enfoque, a diferencia del reactivo, surge desde la consciencia y el aprendizaje de nuestros “errores” o de aquello que no está funcionando 🔧. A veces toca parar para reflexionar y ajustar las velas. También buscar la solución de raíz para evitar caer en los mismos patrones. 

Un ejemplo: notás que tus semanas son agotadoras porque todos los días te quedás trabajando hasta tarde 😩. En un enfoque correctivo, en lugar de seguir haciendo lo mismo, decidís ponerte horarios de cierre de jornada y establecer una rutina de desconexión ✨. 

Las emociones que trae esto suelen ser de alivio 😌, porque implica cortar con un ciclo que nos hace mal. 

Ahora bien: si vivimos en constante corrección, eso significa que hay algo “de base” ⚠ en lo que debemos trabajar más profundamente o adquirir ciertas habilidades.

En el ejemplo anterior, quizás el problema real no es el horario... sino que decimos a todo que sí, nos cuesta poner límites o nos sentimos culpables por “no cumplir” con todo lo que nos piden 💔. 

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En síntesis, cuando aplicamos estos enfoques de forma intencional, descubrimos una forma de organización más fluida 💃. No se trata de “elegir” uno, sino aprender a reconocer cuál necesitamos en cada contexto. 

Por ejemplo, si queremos planificar el año 📆 necesitamos una mirada preactiva, en nuestra rutina diaria, una proactiva 💪, y en situaciones inesperadas toca ser reactiv@s 👩‍🚒. Finalmente, en una revisión de la semana, por ejemplo, tener un enfoque correctivo 🕵️‍♀️ nos ayuda a evaluar qué pasó y si hay ajustes que podemos implementar. 

Estos conceptos nos ayudan a comprendernos más a nosotr@s mism@s, a preguntarnos desde qué lugar nos paramos frente a nuestra rutina, actividades y objetivos. De corazón espero que te haya gustado 💜. 

 

¿Qué enfoque sentís que habitas más en tu día a día? ¿Cuál podrías comenzar a fortalecer? ¡Me encantaría leerte! 

 

⏱ Hack: Solo 10 minutos pueden cambiar tu semana

 

Veamos cómo podemos adoptar más preactividad en nuestra semana con solo 10 minutos ⏱.

1) Elegí un momento, idealmente el domingo o el lunes a primera hora, para revisar tus próximos 7 días. 

 

2) Fijate qué compromisos y actividades hay en el calendario, y observá dónde podrías encontrarte con picos de trabajo ⛰ o posibles obstáculos 🔺

3)  Identificá tus 3️⃣ prioridades no negociables de la semana, aquellas cosas que sí o sí querés cumplir o avanzar.

4) Definí espacios vacíos ⚪ o flexibles en tu agenda para que, si surge algo inesperado, puedas reorganizarte sin sentirte abrumad@. 

 

Este hábito exprés te permite iniciar la semana con mayor capacidad de anticipación, ya que tendrás una idea clara de tus prioridades, posibles trabas y margen de maniobra 🚴‍♂️.

 

✨ La Frase de la semana y una recomendación

 

“Estar bien no es estar atravesando un gran momento, es estar parado en un buen lugar frente al desafío que la vida te propone”.

Esta frase la escuché en un video cortito del psicólogo Gabriel Rolón y me hizo mucho sentido con lo que vimos en esta píldora, así que se las quería compartir.