Píldoras #67
El camino que comenzó en enero cuando recibí el mensaje de una marca de papelería preguntando: “¡Hola Caro! ¿Te interesaría hacer una agenda 2026 con nosotras?” está por salir a la luz.
También es la época en que todas las marcas lanzan sus agendas del próximo año y nos inunda el entusiasmo de “¿Cuál elijo?”. Así que estas semanas nos dedicaremos a esta herramienta tan esencial.
Las píldoras de hoy:
📒 Breve historia de las agendas
✅ 5 buenas prácticas básicas a la hora de usar una agenda
🎁 Se viene el Kit de Organiza!!
👀 Dato curioso (y nostálgico)
💬 La frase de la semana
📒 Breve historia de las agendas
Si pensamos en una agenda, en general nos viene a la mente un cuaderno lindo. Pero su historia viene de mucho antes, y muestra que la necesidad de organizarnos, poner orden y registrar 📜 es tan antigua como la humanidad misma ⏪.
La palabra agenda proviene del latín agendum: “lo que debe hacerse”. Ya en las civilizaciones antiguas existían intentos de llevar un control del tiempo y las tareas ⏳.
Los sumerios y egipcios utilizaban tablillas de arcilla y papiros para registrar acontecimientos 🧮, mientras que los romanos perfeccionaron el calendario juliano, que sentó las bases de nuestra forma de medir los días 📆.
Con la Edad Media y la expansión del papel , comenzaron a aparecer libros y cuadernos que funcionaban como registros 📖. Académicos, comerciantes y clérigos los usaban para organizar conocimientos, fechas religiosas o transacciones 💵.
El gran salto llegó en los siglos XVIII y XIX , con la revolución industrial 🏭y el ritmo cada vez más acelerado de las ciudades. Ya no bastaba con “recordar de memoria”: había que coordinar reuniones, viajes en tren 🚂 y horarios laborales 💼. ¿Te suena conocido?
Así surgieron las primeras “agendas modernas”, compactas, prácticas y pensadas para llevar en el bolsillo 📓. En este período también se popularizaron los famosos almanaques 📅 con espacio para notas, combinando calendario y organización personal.
A mediados del siglo XIX, empresas como Webster’s lanzaban agendas de bolsillo y cuadernos que incluían direcciones, listas y horarios 🖋. En 1812 apareció la famosa “Farmer’s Almanac” 🌾, que mezclaba información práctica con espacio para anotar tareas.
Pensemos que antaño la mayoría de las personas vivía en el ámbito rural 👩🌾, el "reloj" era la luz y las estaciones. Con la migración a las grandes ciudades, se volvió necesaria una nueva forma de vincularnos con el tiempo y las actividades. Poco a poco, la agenda dejó de ser un lujo 💎 de académicos y comerciantes para convertirse en una herramienta de uso cotidiano 📙.
Ya en el siglo XX, el auge del diseño gráfico se ocupó de dar otra vuelta. Las agendas empezaron a ser más visuales 📚, con calendarios, colores, separadores y secciones extra. No solo se convirtió en objeto de diseño, también se volvió una compañera personal, un reflejo del estilo de vida de cada "dueñ@".
El siglo XXI trajo otra revolución: las agendas digitales. ¿Alguien recuerda la Palm Pilot y las agendas electrónicas ? 📟 Fue el primer asistente personal digital.
(Tendría unos 11 años, pero recuerdo que insistí tanto a mis papás que me regalaron una. Era muy fan del libro computadora de Penny del inspector Gadget. Esa agenda me hacía sentir un poco ella 🧐).
Ya volviendo al presente, en los últimos años surgieron aplicaciones que complementan y suman funciones: Calendar, Trello, Notion, apps para concentrarnos, trackeo de hábitos y más 🤳. Recordatorios, sincronización entre dispositivos y calendarios compartidos hicieron que organizarse esté al alcance de un clic 🖱.
Sin embargo, las agendas físicas nunca desaparecieron. Al contrario, muchas personas siguen prefiriendo el ritual de escribir a mano ✍ y el contacto con algo tangible, que además las aleja de las pantallas.
De hecho, también ha surgido, sobre todo en jóvenes, productos editoriales como journals ✨ (una especie de diario íntimo pero de la vida adulta) y cuadernos guiados 📔, que nos ayudan a reflexionar, a conocernos. Personalmente me encantan.
Hoy en día, en general, usamos un mix entre agenda papel y digital + complementos. Por ejemplo, Calendar para reuniones y proyectos 👩💻. Y agenda papel o cuaderno para lo personal del día a día y reflexiones.
En fin, hay tantas combinaciones como personas 💜, y esa es la magia. En cualquiera de sus formatos, es un reflejo de nuestro deseo humano de darle un contenedor al tiempo, “vaciar” nuestra mente 🧠, ordenar el hacer... Y sobre todo, en definitiva, del deseo de ser l@s arquitect@s de nuestra propia vida.
PD. Amaría que me respondas este correo contándome qué te pareció este recorrido y si te recordó algo de tu infancia o momento de la vida relacionado con esta herramienta.
✅ 5 buenas prácticas básicas a la hora de usar una agenda
Sea papel, digital, semanal, diaria o pocket, te comparto 5 buenas prácticas esenciales del uso de agenda:
🔸 Usá colores para las diferentes áreas y tipos de actividades.
🔸 Creá tu propio sistema de símbolos y referencias. Por ejemplo, yo marco con una estrellita aquello que es prioritario.
🔸 No anotes solo la tarea o actividad, bloquea el tiempo estimado . Te va a permitir ser realista con las horas disponibles.
🔸 Nunca sobrecargues ni llenes la semana! Es clave tener flexibilidad, aire y lugar para lo nuevo que surja y para FLUIR.
🔸 No programes solo compromisos con "el afuera" sino también con vos. Por ejemplo, si querés bloquear unas horas para avanzar en tu proyecto, crea el espacio! No esperes a que "te sobre tiempo".
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💬 La frase de la semana
«Cuando todo se acelera, escribir es un acto de presencia. Un gesto íntimo. Una forma de estar».



